Vuelve Manuel Vicent a sus años mozos. En León de ojos verdes nos cuenta las historias acaecidas en el verano del 53 en un hotel balneario frecuentado por estrellas del cine y de la vida. Vicent, quizá el mejor contador, el mejor utilizando las palabras de la lengua castellana, narra con destreza aquellos maravillosos pasados años. Y lo narra como sólo él sabe, como un nostálgico sin nostalgia.